Foto: Víctor Muñoz. |
Es el síntoma de que ya algo llega. Amanece como Aurora del día, vestida de terciopelo azul y blanco raso, como aviso inequivocable de que algo llega, de que la Cuaresma ya está aquí.
Los 40 días del bendito gozo ya están aproximándose vertiginosamente hasta nuestra eterna espera, como anuncio de lo que siempre sucede, y como anuncio de lo que sucederá.
Dios se va a manifestar entre la Jerusalem egabrense. Y va a ser ya.
La Virgen de la Aurora, como verdadero amanecer se desprende de los síntomas inmaculistas y del negro de los difuntos para dar paso a la bendita esperanza de los mortales. La Virgen de la Aurora nos va a acompañar durante una Cuaresma, que entre sus manos quiere que todo sea más fácil.
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